Una de las herramientas más útiles para organizar el trabajo de un TFG es un cronograma, que permite establecer una organización de actividades por fechas para repartir la carga de trabajo de una manera mucho más efectiva.
Para crear un cronograma de TFG de manera eficaz, conviene establecer objetivos a corto, medio y largo plazo: es un trabajo cuya elaboración puede ocupar casi la totalidad del curso académico, y es conveniente que se le dedique dedicación antes de centrar los esfuerzos en el trabajo de final de carrera.
¿Qué finalidad tiene un cronograma en un TFG?
El cronograma en un TFG tiene una función básica, y es la de establecer actividades por fechas para ir avanzando en su elaboración. Los cronogramas son herramientas que se emplean para definir objetivos en proyectos de envergadura, con el fin de garantizar la superación de determinados objetivos dentro del tiempo estipulado.
¿Esto quiere decir que el cronograma de un TFG no admite cambios? En absoluto. De hecho, es más que probable que debas realizar modificaciones para adaptarlo a las necesidades que vayan surgiendo, pero estos cambios siempre tienen que tener un denominador común: deben ser viables. De lo contrario, la función del cronograma, en un TFG o en cualquier otro proyecto, será irrelevante.
¿De verdad son útiles los cronogramas para hacer un TFG?
Buena parte del éxito o el fracaso que suponga tu TFG vendrá definido por tu capacidad organizativa. Si esta es deficiente, probablemente debas volver a presentar el trabajo en otra convocatoria, o bien modificar el tema o no seguir los mismos patrones para realizarlo.
La organización lo es todo cuando hablamos de un trabajo de estas características, y saber cómo elaborar un cronograma para el TFG garantiza tener un plan de ejecución viable. Además, esto genera numerosas consecuencias positivas, pudiendo disponer de más tiempo libre y tener la tranquilidad de que no van a ser necesarios los maratones de última hora para acabar el trabajo.
El cronograma para el TFG es como la agenda para los niños de primaria: sin esta herramienta de apoyo, puede resultar muy complicado avanzar. Los beneficios de organizarse y de repartir la carga de trabajo son más numerosos de lo que parece, por lo que el primer paso de todo estudiante de Grado que quiera empezar a elaborar su proyecto final con las máximas garantías es crear un cronograma.
Cómo elaborar un cronograma que sea 100% eficaz
Lo primero que debes tener en cuenta acerca de un cronograma para el TFG es que pasará por diferentes versiones hasta que dispongas de la definitiva. Las primeras versiones serán orientativas y es bastante probable que tengas que realizar modificaciones para ir adaptando la carga de trabajo a las necesidades de cada semana. No olvides que el cronograma de un TFG abarca varios meses, fácilmente más de medio año, por lo que el estudiante también tendrá que demostrar tener una alta capacidad de adaptación.
Pero, ¿cómo empezar a elaborar un cronograma para el TFG si aún no se sabe cuántos recursos vas a necesitar? Esa es la primera cuestión que hay que tratar. Rara vez un estudiante sabrá cuál será la carga real de trabajo, por lo que la mejor manera de funcionar es por segmentos. Olvídate de que el cronograma de tu TFG quede perfectamente definido al principio: ve confeccionándolo conforme avancen las semanas, establece objetivos semanales y mensuales, fija las tutorías y consénsualas con tu tutor y ve haciendo que el cronograma del TFG vaya tomando forma conforme lo hace el propio trabajo.
Pero tampoco hay que caer en los excesos y en la sobreactuación: lo mejor es que, nada más el tema te haya sido adjudicado, te reúnas con tu tutor para tener claros los objetivos y poder empezar a esbozar el planning sobre el que elaborar el cronograma. Como se suele decir: sin prisa, pero sin pausa.
Tipos de cronogramas para el TFG
En realidad, un cronograma no es distinto de cualquier otro elaborado para otro tipo de proyectos. Existen varias formas de crear un cronograma para el TFG y ninguna es menos válida que la otra. Tablas, calendarios, códigos de colores, panorámicas visuales… vamos a explicarte cómo elaborar un cronograma para tu TFG en base a los cuatro tipos más utilizados.
Los cronogramas en tabla
Si no sabes cómo elaborar un cronograma para el TFG como los profesionales, tranquilo: tampoco hace falta. A veces lo más sencillo es lo mejor, y crear una división de fechas y contenidos en una simple tabla puede ayudar mucho a organizarse mejor.
En este modelo conviene ser parco en palabras, porque se busca la utilidad y la practicidad por encima de cualquier otro aspecto. Una agenda repleta de indicaciones y con demasiado texto no ayudará a organizarse mejor, así que lo mejor que se puede hacer es crear una división por fechas para ir estableciendo objetivos a corto plazo.
Cronogramas de tipo calendario
Algunas personas funcionan mejor con objetivos insertados en una estructura similar a una tabla, pero mucho más visual. Los calendarios son una herramienta fantástica para poder consultar la carga de trabajo semana por semana y repartirla de manera más equitativa, estableciendo un objetivo para cada fecha y pudiendo superponer tareas en días específicos.
Son más fáciles de elaborar y de editar cuando están hechos en formato digital, ya que admiten celdas desplegables que permiten incluir anotaciones o símbolos que remarquen la importancia de esa tarea o su nivel de urgencia.
Cronogramas de colores
El uso de códigos de colores puede ser aplicado en realidad a cualquier tipo de cronograma, pero funcionan especialmente bien en los calendarios y en las panorámicas. Este sistema es el que emplean los dispositivos inteligentes, con la adición de notas de colores por días, grupos de labores y objetivos para que las consultas sean más ágiles.
Esto también permite echar un vistazo a todo el cronograma en su conjunto y cerciorarse de que todos los grupos de actividades están cubiertos, sin necesidad de ir ojeando mes por mes y semana por semana qué tipo de objetivos se han ido cumpliendo.
Panorámicas visuales
Aunque es el tipo de cronograma más complejo, deberías intentar prepararlo, por mucho que no tengas muy claro cómo elaborar un cronograma para el TFG. Las panorámicas visuales son más fáciles de hacer en formato digital, puesto que en físico requerirían de una cantidad de papel casi obscena para crear una suerte de líneas temporales que además serían más difíciles de consultar.
La clave de las panorámicas visuales es ofrecer precisamente una vista panorámica basada en el uso de códigos de colores para evitar las indicaciones de texto o reducirlas a porcentajes casi residuales con el fin de aligerar su interpretación y facilitar la asignación de metas semanales, mensuales e incluso trimestrales.
Para definir cada objetivo, basta con arrastrar la barra de color desde la fecha de inicio hasta la fecha de finalización. Esto agiliza también la preparación del cronograma, que evita tener que crear varios segmentos por semanas como ocurre con los calendarios. Al apostar por la horizontalidad, se puede obtener una especie de telemetría del rendimiento para editar la designación de objetivos de una manera mucho más sencilla, evitando las interrupciones y creando la sensación en su conjunto.