Para poder sacar partido a nuestro tiempo es importante usar una buena técnica de estudio a través de la cual tener la seguridad de que realmente vamos a aprovechar al máximo el tiempo. Cuando nos ponemos a estudiar es para hacer un buen trabajo y adquirir conocimientos. No podemos cometer el error de sentarnos delante del libro y no hacer nada. Eso es sinónimo de perder el tiempo. Por ese motivo, te recomiendo optar por los mapas mentales para que estudiar sea más sencillo y productivo.
Definición de mapa mental
El concepto mapa mental fue usado por primera vez por el psicólogo Tony Buzan en el siglo XX.
Podemos definir mapa mental como un diagrama que es usado para representar en diferentes apartados los diferentes conceptos que se quieren adquirir a través del estudio. El objetivo del diagrama siempre es el de conseguir organizar las ideas para que asimilarlas sea más fácil. Eso se traduce en que el aprendizaje a través del estudio es más rápido y sencillo a través de los mapas mentales. Los verdaderos estudiantes siempre usan la técnica de los mapas mentales para organizar y comprimir las ideas. El objetivo es facilitar el estudio.
Dependiendo de la capacidad de retención de la persona que está estudiando, la información que se representa en los conceptos puede ser de dos maneras, verbal o gráfica. Esta última opción es perfecta para quienes tienen una buena memoria visual, así se consigue adelantar más en el estudio. Y cada una de las ideas que están relacionados, se unes con líneas y sublíneas. Para poder disfrutar de esta técnica hay que tener en cuenta algunos principios y fundamentos teóricos para saber realmente cómo hacer un mapa mental. En este caso hay que valorar la percepción visual, la memoria, el pensamiento creativo y la facilidad que tiene la persona a la hora de memorizar algo.
Para hacernos a la idea, si aprendemos correctamente cómo hacer mapas mentales, podemos tener la seguridad de que nos ayudarán a generar y organizar las ideas de manera adecuada. Al tener todas esas ideas organizadas en la cabeza es más fácil desarrollarlas, lo que significa que el estudio resulta mucho más sencillo. Normalmente, los profesores suelen usar esta técnica para que los alumnos puedan aprender mejor los conceptos y sobre todo para ver por dónde evoluciona cada uno de ellos. Con un buen mapa se puede aprender con rapidez el porqué de un concepto después de otro. Todo está vinculado con líneas que ayudan a una mejor compresión del estudio como del análisis. Incluso puede ser una muy buena herramienta para la resolución de problemas.
Cómo hacer un mapa mental
Si quieres saber cómo se hace un mapa mental es muy importante que tengas en cuenta los diferentes apartados que le dan forma:
- Idea principal: se representa con una o varias palabras o imagen. Siempre se pone en el centro del mapa para que sea más fácil ver la evolución.
- Brazos o ramas: son líneas que salen desde la idea principal y contienen ideas clave.
- Ramas secundarias: son las raíces que salen desde las ramas principales y cuentan con conceptos importantes, pero de importancia secundaria.
Para conseguir que el aprendizaje sea más sencillo se recomienda que la forma del mapa tenga una estructura de forma nodal. Por supuesto, se ha demostrado que el uso de colores e imágenes es de gran ayuda a la hora de conseguir una mayor compresión e identificación de las ideas. El cerebro lo recuerda mejor, de aquí que los colores también sean de gran ayuda para conseguir un estudio más beneficioso.
Dicho esto, pasamos a ver cómo hacer un mapa mental paso a paso:
- En primer lugar, tenemos que tener en cuenta un concepto o imagen central que será lo más importante del estudio. Como hemos comentado antes, siempre tendrá que ser la idea principal.
- A continuación, a través de los brazos se van añadiendo las ideas organizadas primarias y después las secundarias, terciarias… todo se va uniendo a través de líneas que van siempre relacionadas con el concepto principal.
- El diagrama que obtenemos tras poner todas las ideas a través de los brazos permite revisarse para ver si realmente está todo correcto. Pero además permite una reestructuración o la opción de completarse en caso de que haya quedado sin finalizar.
Ventajas de los mapas mentales
Como vamos a mostrar a continuación y cómo explicamos en nuestro anterior post sobre las ventajas de los mapas mentales, si somos capaces de hacer un buen mapa mental, vamos a conseguir muchos beneficios.
- Podemos organizar de manera lógica y sencilla la información. Eso ayuda a que el aprendizaje sea más sencillo.
- Es un sistema perfecto para comprimir y memorizar de manera sencilla la información que queremos adquirir. Se suelen usar imágenes y colores para conseguir una mayor compresión.
- Se puede tener una imagen global de lo que se está aprendiendo.
- Toda la información la podremos obtener de manera gráfica.
- Es una herramienta muy interesante a la hora de planificar el material didáctico. No solo sirve para estudiar, sino para preparar clases o incluso exposiciones.
- Con un buen mapa mental es mucho más fácil analizar la información y comprender lo que se nos está comunicando con los datos que se nos ofrecen.
- Es más fácil comprender los temas complejos. Esto se debe a que un desglose de las ideas que convierten el tema completo en un tema mucho más sencillo.
Diferencias entre mapa mental y mapa conceptual
Es importante tener claro que un mapa mental y conceptual no es lo mismo realmente, a pesar de que ambas técnicas van dirigidas a la representación de ideas.
Un mapa mental es el encargado de organizar las ideas de forma radial en torno a un concepto central. Esas ideas o conceptos se pueden mostrar de manera verbal o gráfica.
El mapa conceptual se encarga de distribuir sobre una gráfica las ideas y conceptos que están interconectados por diferentes líneas en forma de una red.