7 consejos para brillar en tu defensa del TFG

15 de enero de 2021

|  5 de octubre de 2023

Defender públicamente tu proyecto de fin de carrera no solo depende de la calidad de la escritura o de la presentación que acompañe tu exposición oral: también se tienen en cuenta otros factores, como la vestimenta, el lenguaje corporal, la predisposición a resolver dudas del tribunal, la interacción con los distintos miembros de este o la calidad del lenguaje empleado para exponer tus tesis. Para acabar de despuntar del todo y dejar un buen sabor de boca entre el tribunal evaluador, vamos a desgranarte el decálogo del buen expositor y a darte los mejores consejos para la defensa del TFG que harán que tu exposición quede en el recuerdo del profesorado para siempre.

Crea un discurso lógico y estructurado

Si no conoces a nadie en la universidad que ya haya defendido su proyecto final y no sabes cómo empezar la defensa del TFG, tranquilo: tu principal baza va a ser utilizar un lenguaje natural pero cercano, y lo mejor de todo es que apenas vas a tener que esforzarte para crear estructuras complejas para dar forma a tu discurso. Lo primero de todo es presentarse, explicar de qué grado procedes y cuál es el tema de tu trabajo, además de los objetivos que persigues con su elaboración. Esta introducción es fundamental para asentar las bases de tu discurso, sin la cual tus explicaciones quedarán cojas y faltas de capacidad crítica.

Deja que tu cuerpo acompañe tus explicaciones

Adoptar una postura rígida durante gran parte de la exposición no te va a ayudar en nada a empatizar con el tribunal. De hecho, te perjudicará al dar la sensación de que estás explicando tu trabajo de una manera artificial y poco convincente. Uno de los mejores y más efectivos consejos para la defensa del TFG es que te dejes llevar durante la explicación para que tu cuerpo se exprese por sí mismo mientras hablas. Esto ayudará a integrar en tu discurso a los presentes durante la defensa, lo que se traducirá en una mejor asimilación de tu mensaje.

Dale importancia a la estética

La evaluación de un trabajo, como debe ocurrir también durante los exámenes, debe basarse únicamente en criterios académicos. Sin embargo, nunca está de más poner la guinda sobre el aspecto cuando vayamos a llevar a cabo la defensa ante el tribunal. Aunque tampoco debes meditar en exceso sobre cómo vestirse para la defensa del TFG (ni mucho menos que esto ocupe tus pensamientos en las horas previas a la presentación), sí conviene que crees una buena sensación y cuides los detalles de tu atuendo. Estás ante un momento histórico en tu vida académica, presentando tu proyecto que te convertirá en titulado universitario, por lo que debes darle la importancia que se merece.

Predisponte a resolver dudas antes del turno de preguntas

No es conveniente que sufras interrupciones de ninguno de los oyentes durante tu exposición, pero si quieres saber cómo empezar la defensa del TFG de una manera inmejorable, préstate a resolver dudas durante tu discurso en caso de que cualquiera de los allí presentes quiera aclarar algún aspecto específico antes de que continúes. Es un gesto que deja una excelente sensación, no solo por ser un gesto enormemente altruista hacia los demás, sino porque transmite una gran seguridad de cara al tribunal, dejando claro que dominas el tema lo suficiente como para enfrentarte a preguntas improvisadas y a recibir comentarios espontáneos.

No te apoyes en exceso en dispositivos electrónicos

¿Quieres saber cómo hacer una buena defensa del TFG de manera natural y sin parecer una enciclopedia parlante? Creyéndote lo que sabes. Es la clave para que tu discurso funcione, y para ello debes evitar utilizar los comodines que ofrecen dispositivos electrónicos como proyectores, punteros láser, ordenadores o tabletas, que te predispondrán a repetir lo escrito sobre la pantalla y dejarán una sensación de poca profesionalidad entre los asistentes. Ni que decir tiene que el móvil debe permanecer en tu bolsillo durante toda la presentación, en silencio y sin vibración para que no te desconcentre durante la defensa. Apuesta por lo tradicional, con un trato directo hacia el profesorado y sin titubear. Te los meterás en el bolsillo.

No tengas miedo a presentar ideas revolucionarias

Aunque en principio pueda parecer temerario, lo cierto es que el objetivo principal de un TFG es permitir al alumnado presentar nuevas ideas sobre un tema previamente tratado por otras eminencias. No se espera que seas cien por cien leal a las tesis presentadas con anterioridad, pero tampoco es recomendable que yerres el tiro diciendo algo que no puedas justificar. Tus apreciaciones serán tenidas en cuenta por el comité evaluador, ya que se requiere de valentía y mucha seguridad para presentar ante el tribunal una idea novedosa, fundamentada bibliográficamente y de la que se desprenda una gran capacidad analítica por parte del alumno. No obstante, esto no es en absoluto obligatorio. Si quieres saber cómo hacer una defensa de TFG con la cantidad de información justa, pero convenciendo al jurado de todas tus tesis, sigue leyendo.

La regla del “menos es más”

Está claro que estos consejos para la defensa del TFG no pueden aplicarse a todos los temas, ya que cada uno permite ahondar en el tema hasta un determinado nivel y no todos se prestan a realizar análisis críticos de los mismos. Si percibes que tu tema se queda algo cojo o que los recursos bibliográficos de los que dispones no son demasiado numerosos, deberías reconsiderar rehacer la estructura de tu defensa desde cero para sacar mayor partido a las herramientas de las que dispones. “Pero, ¿cómo empezar la defensa del TFG si sé de antemano que no cuento con argumentos suficientes”, te preguntarás. Es normal que tengas dudas acerca de la viabilidad de tu presentación si tu tema cuenta con un enfoque difícil, pero debes saber que siempre hay un modo de aparentar más de lo que en verdad hay.

¿Recuerdas que, unas líneas más arriba, te hemos hablado sobre cómo vestirse para la defensa del TFG? En ese momento te hemos dicho que es un aspecto que no debe quitarte el sueño, pero si no las tienes todas contigo por falta de recursos o cualquier otro motivo que haya afectado a la elaboración de tu trabajo, empieza por lo elemental: con una buena presentación. Esto incluye tanto al trabajo escrito como a ti, ya que podrás darle un aire más profesional y sofisticado a algo que, realmente, no lo es tanto. En un TFG se valora tanto el continente como el contenido, de modo que puede ser una baza a tu favor para convencer al tribunal más fácilmente de lo que vas a exponer.

Con todo esto sobre la mesa, ya tienes a tu disposición toda la información y las herramientas para saber cómo hacer una buena defensa del TFG y convencer al tribunal de que mereces ser la próxima persona titulada de la universidad. Todo suma, y más en un proyecto de fin de carrera. ¡A por la matrícula!

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